Fachada Los MolinosEl próximo lunes, 7 de marzo, en el antiguo Centro “Los Molinos”, reconvertido ahora en Centro de Interpretación del Barrio de San Lorenzo, tras haber asumido su gestión el Ayuntamiento de Segovia, se inaugurará la exposición “El Valle del Eresma”, que ha sido producida y diseñada por la Fundación Caja Segovia, con el patrocinio de la Comisión Liquidadora de la Asociación “Segópolis”.

La muestra hace un recorrido por los principales atractivos de esta Ruta, en la que se dan cita la incidencia del río en el Alfoz Segoviano, la Naturaleza, el Patrimonio Industrial y el Patrimonio “Espiritual”. Las espectaculares fotografías de la muestra pertenecen al archivo fotográfico de la Concejalía de Patrimonio y Turismo, así como al fotógrafo segoviano Ángel Kamarero.

EL RÍO ERESMA EN EL ALFOZ DE SEGOVIA

Paneles Valle Eresma1Nace el río Eresma como tal en el término municipal del Real Sitio de San Ildefonso, para dar ya desde el primer momento frescor y vida al pinar de Valsaín, verdadero pulmón y fuente de riqueza durante siglos para toda esta zona de la provincia de Segovia. La abundancia de pesca en sus aguas, junto con la variedad de especies de caza en estos montes, atrajo desde la Edad Media a los monarcas españoles a estos parajes.
Desde Valsaín, sus aguas sirvieron de motor a sierras, producción de electricidad y a algún molino y batán hoy desaparecidos, hasta llegar, ya más caudaloso con la ayuda del Cambrones, al término municipal de Palazuelos de Eresma. Aquí el agua dio vida al magnífico Molino del Arco, antiguo molino de papel regido por maestros papeleros milaneses y genoveses, convertido en fábrica de harinas en el siglo XIX; en 1958 queda como edificio señero de las instalaciones DYC, Destilerías Y Crianza del Whisky.

Entra el río encajonado e impetuoso en Segovia para servir a la ciudad como primer motor de su industria hasta el siglo XIX, y sale de ella por el puente de San Lorenzo hacia tierras de Zamarramala, donde aún vemos en pie el Molino Harinero de los Señores, que perteneció al Cabildo de la Catedral durante ocho siglos. Ya más remansado, entra en la zona de los Lavaderos, cuyo topónimo nos indica el lugar donde se desengrasaban y lavaban las finas lanas de las ovejas merinas, que tanta fama dieron a nuestra tierra.
Continúa su curso del Eresma hacia la campiña segoviana por el puente medieval de los Lavaderos para dirigirse a Lobones, y serpentea entre Hontanares y Los Huertos, para seguir moviendo molinos y fertilizando las tierras a su paso.

LA “SENDA DE LOS MOLINOS”

Reúne el Patrimonio Industrial ligado al comercio de la lana y la pañería fina, los molinos harineros convertidos después en fábricas de harinas, la producción de moneda, papel, loza, borra o hielo, actividades que se fueron implantando en las orillas del río Eresma, cuyas aguas fueron finalmente utilizadas para la producción de electricidad. Conocer todas estas evidencias permite entender las formas de producción y de desarrollo económico en tiempos pasados, al tiempo que a valorar los edificios que se construyeron con esos fines, así como las conducciones de agua o las presas, complementos imprescindibles para obtener la energía que hacía mover máquinas o ingenios. Toda esta industria fue evolucionando con el tiempo, haciendo que en el mismo territorio unas actividades sustituyeran a otras. Así, la parte más alta del río en el término municipal, era la zona de los batanes. Ya en el barrio del San Lorenzo, se situaría la zona más harinera, donde se emplazan la mayor parte de los molinos de pan, que más tarde, con la Revolución Industrial, evolucionarán a fábricas de harina. Finalmente, la zona de la Alameda del Parral, y más concretamente el tramo entre la unión del Eresma con el Ciguiñuela y la Casa de la Moneda, destacará por la industria del papel.

Paneles Expo Valle del EresmaEl Eresma llega al término municipal de Segovia, dando movimiento al batán de la Casa Grande, del que hoy sólo quedan ruinas; en el área de la actual Fábrica de Loza se conoce la existencia de otro batán, perteneciente a la catedral, desde finales del siglo XV. Aguas abajo existió el molino de El Moral, transformado a partir de 1854 en fábrica de harinas por iniciativa de D. Martín Carretero, en la que destacaba la diversificación de sus productos: pasta para sopa, galletas o chocolate que se fabricaban con sus propias harinas.

Del antiguo Molino de la Hoya se conserva su formidable azud; su último uso conocido fue el de lavadero de arenas. La existencia del Molino de Cabila o Molino del Puente es conocida desde 1489, cuando se confiscan los bienes de su propietario, tras haber sido acusado, condenado y quemado un año antes. En el siglo XIX se transformó en la fábrica de harinas “La Segoviana”. Fue derribado en 1975, pero su estructura y funcionamiento se conocen gracias a la intervención llevada a cabo en el año 2010, que ha permitido consolidar los muros subsistentes y parte de su maquinaria.

A continuación la ruta se detiene ante el azud conocido como “Tizona”, que era aprovechado por los cuatro molinos de la calle Los Molinos: De la Presa, El Portalejo, La Peña del Pico y La Aceña. Está constituido por un fuerte muro de sección rectangular de algo más de tres metros de grosor. La historia del antiguo Molino de la Presa o Fábrica de Harinas “La Perla”, se remonta al menos hasta finales del siglo XV. Aunque actualmente está en desuso, aún conserva toda la maquinaria austro-húngara que en 1926 le permitían presumir en anuncios comerciales de contar con los “procedimientos más modernos que se conocen en la industria fabril harinera”. El Molino del Portalejo perteneció en el siglo XVI al convento de Clarisas de Santa Isabel. En la actualidad es vivienda particular, lo mismo que el Molino de la Aceña.

Más adelante, la ruta ofrece los vestigios del antiguo Molino de Papel, la Fábrica de Hielo y la Fábrica de Borra, desembocando en la Alameda, donde vamos a encontrar uno de los hitos más importantes de la Senda de los Molinos, la Casa de Moneda.
También conocida como el Real Ingenio de la Moneda, la Casa de Moneda es un magnífico ejemplo de la tecnología del Renacimiento. Fue construida, en parte, sobre el molino de Antonio de San Millán, ya documentado en 1487, donde se molía cereal y se fabricaba papel. Las obras se desarrollaron entre 1583 y 1588, por mandato del rey Felipe II, quien encargó el proyecto a su arquitecto Juan de Herrera. Éste diseñó un edificio industrial específicamente concebido para realizar en él todo el proceso de acuñación, desde el control de la llegada del metal en bruto hasta el producto final, la moneda. El sistema de laminadores y acuñadores cilíndricos era una tecnología de vanguardia que llegó a España en 1585, gracias a las buenas relaciones que mantenía el rey con el Archiduque Fernando del Tirol, su primo.

PARAJE ESPIRITUAL

Esta ruta discurre entre huertas y arboledas, un espacio privilegiado donde se ubicaron diferentes fundaciones religiosas que buscaban alejarse del bullicio de la ciudad. Pero antes de entrar en el ámbito solemne y silencioso de las clausuras, conviene pasear por la Plaza del arrabal de San Lorenzo, donde se conserva una buena muestra de arquitectura medieval en torno a la iglesia. Se trata de un templo románico, porticado, que cuenta con una bella torre de estilo mudéjar.

Paneles Valle Eresma SanVicnt_SLornzEn los límites del barrio se alza el Convento de San Vicente, cuyos orígenes legendarios se remontan a un templo romano dedicado a Júpiter. Ya en la Alameda que se extiende junto a la ribera del río, el fácil toparse con una fuente cuadrada, obra barroca de Pedro de Brizuela, que originalmente se encontraba en el monasterio de El Parral y que fue trasladada frente a la ermita de Santa Ana, hoy prácticamente desaparecida, lo mismo que algunos otros templos y cenobios –algunos conservados parcialmente- que se establecieron en el recorrido de esta ruta: Santa María de los Huertos, San Gil, Santa María de Rocamador…

Atravesando el río por el puente de Los Huertos, una inscripción recuerda el paso por la ciudad del poeta Antonio Machado. Más arriba, una escalera conduce al Convento de Santa Cruz la Real, primera casa de la orden dominica en España, fundada por Santo Domingo de Guzmán. Aguas abajo se yergue otro destacado conjunto, el Monasterio de Santa María del Parral, perteneciente a la Orden Jerónima; la iglesia es una obra maestra del gótico bajomedieval, albergando en su interior varios e interesantes sepulcros, así como un imponente retablo renacentista. Parte de la clausura es accesible.

Paneles Valle Eresma SanMarcosSiguiendo el curso del río se llega al barrio de San Marcos, con sus viviendas populares y su humilde templo, en cuya vecindad se encuentra la importante iglesia de la Vera Cruz, de planta poligonal, uno de los ejemplos más singulares del románico en España.

Hay que ir al encuentro del Convento de los Carmelitas, para sentir en toda su emoción el encuentro con la figura y el misticismo de San Juan de la Cruz, cuyo sepulcro se encuentra al interior del templo. El Santuario de Nuestra Señora de la Fuencisla, patrona de Segovia, recuerda con su espectacular situación el lugar donde la Virgen obró el milagro de salvar a la judía Esther, condenada injustamente a morir despeñada.

“PASEOS VERDES POR SEGOVIA”

Paneles Valle Eresma PaseoVerdEl paseo por los valles del Eresma y del Clamores recorre el cinturón verde de la ciudad, cuya belleza mereció el reconocimiento de Paraje Pintoresco en 1.947. Durante siglos, sus huertas abastecieron a la ciudad y la amenidad de estos paisajes, bien que en parte de su recorrido, merecieron el dicho segoviano “De los Huertos al Parral, paraíso terrenal”.

Hito importante de este recorrido es la Alameda del Parral, primer parque público en España, plantado con árboles de diferentes especies por orden de Felipe II. La especial querencia de la ciudad por este espacio dio lugar a tempranas normativas “medioambientales” que buscaron su protección, caso de la prohibición de que deambularan cerdos por el lugar, o que se lavaran allí sus tripas en tiempo de matanza. Repoblaciones periódicas, dan también cuenta de este fenómeno, caso de las emprendidas por la Real Sociedad Económica Segoviana de Amigos del País.

Igualmente, es ineludible la visita al “Romeral de San Marcos”, un jardín creado por el paisajista uruguayo Leandro Silva. El jardín está situado al pie de la pared natural de piedra caliza que protege el lugar y que proporciona el agua que se recoge en las albercas desde hace siglos. Leandro Silva aprovechó este riego natural, compartimentando el espacio a fin de conseguir un microclima que facilitara la aclimatación de cerca de 300 especies, cuyo desarrollo sería impensable en un clima tan peculiar como el de Segovia.

Pero sin duda, el gran atractivo de este ameno paseo son las vistas privilegiadas e indescriptibles de la ciudad de Segovia, cuya belleza hacen de este entorno un auténtico “balcón de la mirada”.